La situación argentina no es un problema coyuntural, sino estructural. Es una dificultad para adecuarse a la matriz sistémica de los negocios internaciones.

En el planeta, las empresas (lideradas por las más grandes, multinacionales) generan relaciones sistémicas con proveedores, socios y clientes. Generan cadenas intencionales.

De las principales 100 economías del planeta 31 son países y 69 son empresas. Hay entre las 100 grandes usinas económicas, más empresas (valuadas por su producción y ventas anuales) que países (valuados por sus PBI anuales).

Y hay tantos países más grandes que la Argentina en el mundo como empresas multinacionales que venden más que el PBI argentino.

En 1969 había 7000 empresas multinacionales en el mundo y actualmente se habla de unas 110.000 unidades, según datos de 2015 de la Organización Mundial de Comercio (OMC), lo cual es causa del incremento del volumen de operaciones de las cadenas globales de valor (CGV).

Para insertarse en esos encadenamientos se deben tener actores económicos con competitividad, escala y dimensión. Pero la Argentina tiene escaso stock de inversión extranjera recibida históricamente en el país: 88.222 millones de dólares, un monto menor que en Brasil, Chile, Colombia, Perú y México. La Argentina es el país de menor stock de inversión extranjera directa (IED) en relación con su PBI de Sudamérica.

Y, a la vez, también tiene escasísima inversión emitida hacia el exterior (menos que Brasil, Chile, Colombia y México).

Hay sólo 5 multinacionales argentinas entre las principales 50; y 7 entre las principales 100. Mientras, entre las mayores 100, son brasileñas 31 multilatinas; son mexicanas 26; chilenas, 19; colombianas, 10; y peruanas son 5.

Por eso, en la Argentina hay hoy muchas menos empresas exportadoras que hace 10 años (son alrededor de 9500 exportadoras). Además, entre ellas, muy pocas exportan la mayoría del total, lo que muestra la dificultad de inserción estructural.

La Argentina, que es el país de la región con menor capacidad de acceso a las cadenas regionales de valor, está además entre los 11 países con menor ratio exportaciones/PBI de los medidos por el Banco Mundial en todo el planeta. Y está entre los tres con menor ratio importaciones/PBI en esa medición.

Así, no se halla ante un problema coyuntural de debilidad de inserción internacional, sino ante uno estructural.

El país no tiene aún capacidad de acceso, no ya a flujos de comercio, sino al sistema de negocios internacionales, basado en la inversión, las alianzas y el comercio.