La Administración Trump considera que el gigante asiático violó las leyes de propiedad intelectual de EE.UU. y forzó a sus compañías a transferir tecnología a las chinas, daño que cifra en u$s 30.000 millones anuales e intenta demostrar con una investigación, objetada por el gigante asiático.Con ese paquete de medidas que divulgará en las próximas semanas, EE.UU. busca "presionar" a Pekín para que concluya el requerimiento de que las firmas estadounidenses transfieran su tecnología a las chinas, evaluó The Wall Street Journal. Una portavoz de la Casa Blanca negó que se hayan tomado decisiones finales sobre la represalia.Otras medidas del paquete revisten restricciones más fuertes a las inversiones chinas en EE.UU. y limitaciones en los visados para estudiantes, académicos y ejecutivos chinos. También analizan finalizar un programa para viajeros frecuentes que les permite obtener visados de hasta 10 años en el país.