¿El comercio internacional ya superó las amenazas?

El Cronista Comercial


El 2016 fue un año crítico para el comercio mundial. El Brexit, el triunfo de Donald Trump y las amenazas nacionalistas en Europa afectaron la agenda.
Por Marcelo Elizondo

El 2016 fue un año crítico para el comercio mundial. El Brexit, el triunfo de Donald Trump y las amenazas nacionalistas en Europa afectaron la agenda.

Transcurriendo el segundo semestre de 2017 las aguas parecen más calmas. El comercio mundial (FMI/BM) crecería este año 4% (más que el producto mundial por primera vez desde la crisis financiera).
El total del comercio mundial ronda 21 billones de dólares y pese a la desaceleración de los últimos años (y los descensos de precios) duplica en volúmenes al de 2009 (crisis internacional).
Pese a las amenazas políticas es difícil detenerlo porque la producción de bienes y servicios depende fuertemente de él. El principal componente del comercio transfronterizo son bienes intermedios, usados para la producción encadenada (unos u$s 7 billones, que son 40% del total de exportaciones mundiales de bienes) y la mitad del comercio internacional de esos bienes está en manos de los países desarrollados (donde se originaron las críticas a la globalización, porque ellos son los perjudicados por este fenómeno que generó beneficios a los emergentes). Ese comercio trasfronterizo de intermedios duplica el de bienes de consumo.
Y a aquellos hay que agregar casi u$s 3 billones que se comercian en bienes de capital (inversión). Así, son principales componentes del comercio internacional químicos, maquinas, motores, equipos de comunicación y metales básicos (además de petróleo).
La producción mundializada (en cadenas globales de valor, que generan 80% del comercio internacional) está además desuniformizandose y ya no se alinea en cadenas sectoriales sino que mezcla diversos rubros en nuevos ecosistemas productivos transfronterizos (la medicina se vincula con la alimentación, la indumentaria con la biología, el software con la agricultura, los automotores con la robótica). Esta evolución es de imposible sostenimiento si no se trabaja a escala mundial y en ella prevalecen los que desarrollan capital intelectual, que no consiste en mero conocimiento sino en la capacidad de poner en práctica organizada ese conocimiento.
Por eso, en el año que sigue al crítico 2016, el comercio no se ha detenido (se ha fortalecido). Los emergentes siguen dinamizando el comercio (Corea, India, Singapur, Tailandia, Vietnam, Indonesia y Malasia generan un cuarto de todas las importaciones mundiales), pero además los 8 grandes países generan la mitad del comercio internacional.
Las exportaciones de los países del G20 (donde se oyeron las críticas el año pasado) crecieron 3% en el primer cuatrimestre de 2017 y sus importaciones se elevan 4%. Incluso los EE.UU. de Trump alzan sus exportaciones 2,7% y también sus importaciones en 2,6%.
La OMC, además, informa que se celebraron el último año 22 nuevos acuerdos de libre comercio en el mundo (superando la marca de 16 de 2015) y que existen ya 431 acuerdos vigentes.
Pero no ocurre todo tan fácil. Todo está discutido. Hay países promotores de más comercio internacional (como los asiáticos), otros defensores del modelo vigente (como la UE), algunos disruptivos (Reino Unido, que ya no presenta el Brexit como un proceso de aislamiento sino como una relocalización relativa para más actividad global fuera de la UE). Mientras, EE.UU. discute más el modelo y el marco institucional del comercio (criticando la OMC o el NAFTA y abandonando el TPP) que el comercio en si (hasta negoció con China para morigerar la más deficitaria relación comercial del planeta).
El problema del comercio internacional hoy es similar al que muestran otras disciplinas: las instituciones del siglo XX que lo rigen están viejas.
Así, la evidencia muestra que el comercio se mantiene dinámico en el mundo aunque es más complejo (incluyendo las crecientes exigencias cualitativas). Todo un desafío para Argentina, que generaba 0,8% de las exportaciones mundiales en 1960 y solo genera 0,36% hoy. Y que para su reinserción productiva transfronteriza requerirá crecientes esfuerzos para basar la capacidad de sus empresas (hoy se internacionalizan empresas y no productos) en 5 atributos competitivos: arquitecturas vinculares, innovación, conocimiento, reputación y adaptabilidad constante.